Por Rafael Urrialde
Salud Humana: erradicar el hambre; establecer determinantes sociales; supervisar los movimientos de la población; garantizar la seguridad alimentaria, la nutrición y la dieta saludable; facilitar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos.
Salud Animal: reducir el uso de antibióticos y otros antimicrobianos; controlar los vectores de enfermedades; promover la pesca sostenible; impulsar la producción ganadera extensiva como plataforma de salvaguarda de ecosistemas mediterráneos, así como el de razas autóctonas.
Salud Vegetal: incentivar la producción agrícola reduciendo el uso de fitosanitarios de síntesis química; incrementar el uso de técnicas de biocontrol, bioestimuladores y bioactivadores, eliminación de metales pesados por procesos de fitorremediación; fomentar la producción ecológica, biológica u orgánica y las soluciones diana específicas; utilizar compuestos bioactivos para la activación de mecanismos defensa en plantas; reducir y eliminar compuestos antinutritivos y de toxinas alimentarias.
Salud Ambiental: apoyar la gestión y conservación de los recursos naturales; fomentar los esfuerzos de adaptación al cambio climático y mitigar sus efectos; evitar la deforestación; reducir la contaminación del agua y la de la atmósfera; evitar la pérdida de biodiversidad.